Nos encanta su olor y sus propiedades regeneradoras y calmantes que la convierten en un valioso activo cosmético. Pese a su aparente delicadeza algunas rosas, como las que crecen en los acantilados y en climas extremos, son maestras en el arte de la supervivencia y muy resistentes a las agresiones ambientales.
Cada tipo de rosa es un mundo, con propiedades y fragancias muy distintas. Las más utilizadas en cosmética son la rosa damascena, que se cultiva principalmente en Bulgaria, y la centifolia, que crece sobre todo en Francia y tiene un papel muy destacado en la elaboración de perfumes. La rosa tiene una presencia importante en la formulación de productos de inspiración natural pero también gana terreno en las fórmulas más sofisticadas, que aúnan la investigación con tecnología punta y el cultivo artesanal de la flor.
HIDRATANTE
Las propiedades d es congestionantes de la rosa damascena ayudan a reducir la hinchazón del rostro después de una mala noche. Se absorbe muy fácilmente y refuerza las barreras de defensa de la piel ante las agresiones externas. Nos gusta que incluya la protección solar justa para entornos urbanos.
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