Si tienes la piel sensibles estas soluciones te van a venir muy bien. Conoce estas respuestas a problemas de piel que suelen terminar muy mal si no ponemos la atención necesaria.
Soluciones para la piel sensible
1 Busca un cuidado de la piel con pH equilibrado
La superficie de tu piel suele tener un pH ligeramente ácido de 5,5 (el pH 7 es neutro), lo que ayuda a protegerla de las bacterias. Alterar el equilibrio del pH de una piel sensible es buscarse problemas. Los productos que reducen drásticamente el pH (como un sérum o un tónico con un alfahidroxiácido fuerte), o que lo elevan (como el jabón), pueden provocar escozor, brotes o enrojecimiento de la piel al intentar volver a su nivel óptimo de pH. Busca productos diseñados para mantener un nivel de pH saludable (busca "pH equilibrado" o "pH optimizado") para mantener la superficie de tu piel lo más normalizada posible.
2 No te compliques con las afecciones de la piel
La sensibilidad puede aparecer con afecciones inmunológicas como el eczema y la psoriasis, en las que la barrera y la superficie de la piel están deterioradas. Los productos de calidad farmacéutica, para los que se necesita una receta, tienen su lugar, pero pueden ser duros para la piel. Por otro lado, los cosmecéuticos, que pueden adquirirse en los especialistas en el cuidado de la piel, están repletos de ingredientes activos y curativos y suelen ser una buena opción, pero la gran variedad que se ofrece puede ser abrumadora. Acude a un especialista en el cuidado de la piel de confianza, que puede recomendarte productos e incluso personalizar un régimen que se adapte a ti.
3 No te pases con la limpieza
Tu piel se esfuerza por estar sana. Su capa exterior protectora, la barrera lipídica (grasa), realiza dos funciones principales: retener el agua y mantener fuera los elementos potencialmente dañinos, como los rayos UV, el viento, el calor y los productos químicos agresivos. En las personas con piel sensible, esta barrera suele ser más débil, más fina y más susceptible de sufrir daños, lo que facilita que los agentes irritantes penetren en la piel y causen inflamación. Esta capa de grasa puede desprenderse de la piel si se exfolia en exceso o se utilizan limpiadores agresivos. Presta atención a tu piel antes y después de exfoliarte y deja de hacerlo si notas alguna reacción adversa.
4 Evite las fragancias
Uno de los ingredientes más irritantes de los productos para el cuidado de la piel son las fragancias, incluidos los aceites esenciales. Así que opta por ingredientes sin fragancia que retengan la humedad. Los emolientes (grasas y aceites) y los humectantes (como la glicerina y el ácido hialurónico), así como las ceramidas y los ácidos grasos (que reponen la barrera lipídica), son todos ellos respetuosos con la piel sensible. La idea es crear una capa protectora. Por muy seductor que sea un producto perfumado, bájalo: tu piel te lo agradecerá.
5 Tómatelo con calma
Los ingredientes activos, como las vitaminas C y A y el retinol, pueden causar estragos en la piel sensible si se utilizan sin precaución. Pero esto no significa que haya que prescindir de ellos. Utiliza un nuevo producto de forma gradual para que la piel lo tolere. Selecciona una concentración más baja del ingrediente activo, utiliza una pequeña cantidad y aplícalo sólo cada dos o tres días como máximo. A medida que aumente su tolerancia, podrá incrementar gradualmente la frecuencia de aplicación. ¿Quieres ir más allá? Una consulta con un dermatólogo o dermoterapeuta profesional no sólo puede diagnosticar cualquier problema de la piel, sino que también puede ayudarte a encontrar productos que den como resultado un esquí feliz, sano e hidratado.
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